¿QUÉ ES UN VALOR?

Aunque seamos o no conscientes de ello, todos los seres humanos tenemos un conjunto de valores que atesoramos apasionadamente. Los valores tienen que ver con aquellas cosas que son importantes para nosotros. Un valor es una convicción tan profunda que hace que toda nuestra vida gire en torno a eso. Por ejemplo, si una persona valora por encima de todo el dinero, probablemente trabajará largas horas, pasará poco tiempo con su familia, será muy cuidadoso en no gastar demasiado, intentará ascender en su empleo o buscar uno que le proporcione mayor remuneración; todo con el objetivo de ganar más dinero. Toda su vida girará en torno a ese gran valor. Lo mismo sucederá que una persona que valora su imagen. En este caso esta persona gastará bastante dinero en cremas, peluquería, ropa, revistas de moda, etc… Un valor, entonces, es aquello que utilizamos para medir qué es importante para nosotros. En cierta forma, es aquello para lo cual vivimos apasionadamente. Como vimos en los ejemplos de arriba, un valor determina en gran manera la conducta de los individuos y también de las comunidades (ver como ejemplo Hechos 6:1-7 con el problema de las viudas griegas).

¿CUALES SON NUESTROS VALORES?

Nuestra iglesia sostiene seis valores fundamentales. Los primeros tres de ellos nos ayudan a vivir el Gran Mandamiento y tienen que ver con lo que queremos “ser”. Los últimos tres nos ayudan a vivir la Gran Comisión y tienen que ver con lo que queremos “hacer”. Nuestra intención es que estos valores afecten e influyan el pensamiento, la vida y todas las actividades y acciones de todos los miembros y asistentes de nuestra iglesia.

¿POR QUÉ NECESITAMOS IDENTIFICAR NUESTROS VALORES?

Como hemos dicho, un valor es una creencia que sostenemos con pasión. Conocer nuestros valores es fundamental ya que ellos identifican lo que, a nuestro entender, Dios quiere que prioricemos como iglesia. Ellos representan nuestras convicciones bíblicas y nuestros ideales y nos ayudan a determinar nuestros objetivos, a tomar decisiones, a resolver problemas, a organizarnos y muchas cosas más. Conocer nuestros valores te ayudará a entender por qué hacemos lo que hacemos como iglesia.